En 2025 se avecina un cambio de aires. A lo largo de todo 2024, las casas de moda y los diseñadores se han centrado en crear colecciones inspiradas en los años 2000: un resurgir de siluetas con vaqueros de tiro bajo, zapatillas de skate y faldas sobre pantalones que venían a decir que la nostalgia es un arma.
El 2025 el mundo de la moda volverá a la elegancia con una puesta al día de la estética burguesa de los años setenta.
El estilo neoburgués vuelve en 2025
Ya lo vimos en las pasarelas de París en 2019. Tal como reseñó Women Wear Daily, el allure de dama de altos vuelos no fue plato del gusto de todo el mundo. Según Betty Catroux, musa de Yves Saint Laurent, la mujer burguesa es la viva encarnación del aburrimiento. "Las mujeres burguesas siguen unas reglas determinadas, todas visten igual y todas tienen la misma mentalidad, cosa que detesto", declaró. Por eso, si esta estética vuelve es con un importante matiz: su espíritu rebelde.
Los desfiles de otoño-invierno 2024-2025 y primavera-verano 2025 son una buena muestra de este regreso, la antítesis de otras tendencias (también) controvertidas que florecieron en las pasarelas y en las calles a lo largo de este año que acaba, como la osadía del atuendo "sin pantalones", que consiste en llevar ropa interior a la vista en plena ciudad, y los vaqueros pitillo, que poco a poco fueron recuperando sus credenciales. De cara al nuevo año, como el común de los mortales, la moda quiere recuperar una estética más suave y formal, con prendas del llamado estilo neoburgués, una vuelta a los verdaderos valores de la elegancia.
Por eso, firmas como Balenciaga o Valentino, ahora dirigida por Alessandro Michele, revisitan toda la parafernalia del vestir preppy en su versión 2.0. El resultado son vestidos midi con pliegues sedosos, blazers diminutas de lunares, pantalones sastre acampanados, largas faldas de tweed, botas de cuero y el cuello lavallière tan típico de la vestimenta burguesa.